lunes, 4 de octubre de 2010

Manuel Elkin Patarroyo




La vacuna contra la malaria

Manuel Elkin Patarroyo es un patólogo colombiano reconocido mundialmente por desarrollar una vacuna sintética (spf66) contra la malaria, una enfermedad muy común en regiones tropicales, trasmitida por el mosquito anopheles gambiae y que anualmente, causa la muerte de un millón de niños y produce más de 500 millones de casos clínicos.

Su vacuna ha sido probada con éxito en más de 40.000 personas en países que sufren epidemia de esta enfermedad como Colombia, Brasil, Ecuador, Perú y Venezuela y, desde 1999, en Gambia, Tanzania y Tailandia, arrojando resultados variados.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) avaló la vacuna en 1995, luego de recibir la donación de la patente dos años atrás por parte del científico colombiano, quien renunció a venderla a un laboratorio farmacéutico que le ofrecía 74 millones de dólares. A cambio de ello, Patarroyo consiguió que la OMS realizara la producción y comercialización de la vacuna en Colombia.

Gracias a su labor investigativa, Patarroyo ha recibido diversos reconocimientos como el premio Príncipe de Asturias de Investigación Científica y Técnica en 1994, la medalla de Edimburgo, el premio Robert Koch Medaille, el premio Internacional Latinoamericano en Neumología “Fernando D. Gómez”, el León Bernard de la OMS, numerosas condecoraciones y doctorados honoris causa. 

Actualmente, es el director de la Fundación Instituto de Inmunología de Colombia, una entidad adscrita a la Universidad Nacional de Bogotá, desde donde sigue colaborando con la OMS en el mejoramiento de su vacuna y desarrollo de otras para combatir la tuberculosis y la lepra y desarrolla investigaciones sobre el lupus, leucemia y el cáncer de cuello uterino.





Nicolás Avellaneda


Nicolás Avellaneda, el gran promotor de la inmigración, la universidad pública y la federalización de Buenos Aires, nació en Tucumán el 3 de octubre de 1837.
Avellaneda acababa de cumplir cuatro años cuando su padre, Marco Avellaneda, fue degollado por un lugarteniente de Rosas. Su madre, Doña Dolores Silva y Zavaleta, tomó la decisión de trasladarse con su familia a Bolivia.
Ya adolescente, cursó la carrera de Derecho en la Universidad de Córdoba sin llegar a graduarse. De regreso a su provincia fundó el periódico el Eco del Norte y a fines de 1857 se trasladó a Buenos Aires. A poco de llegar comenzó a trabajar como periodista en El Nacional y a colaborar con El Comercio del Plata, fundado en Montevideo por Florencio Varela durante la época de Rosas.
En Buenos Aires pudo completar sus estudios de derecho e iniciarse en el ejercicio de su profesión. Conoció a Sarmiento, con quien mantuvo una estrecha amistad. El sanjuanino lo ayudó a acceder a la cátedra universitaria como destacado profesor de Economía Política en la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires, desde donde iniciará su carrera política. En 1865 publicó una de sus obras más importantes:Estudio sobre las leyes de tierras públicas, donde examina la legislación argentina al respecto y propone, basándose en el ejemplo norteamericano, la entrega de propiedades a los verdaderos productores, abreviando trámites y eliminando obstáculos. Plantea que la distribución de la tierra garantiza el asentamiento de población estable y contribuye al aumento del caudal demográfico. "La propiedad territorial fácil y barata -decía en elEstudio- debe ser la enseña de leyes venideras, para vencer en su nombre y con su obra el desierto, cambiando el aspecto bárbaro de nuestras campañas".

El gobierno de Avellaneda, a través del ministro de Guerra, Adolfo Alsina impulsó una campaña al desierto para extender la línea de frontera hacia el Sur de la Provincia de Buenos Aires. El plan de Alsina era levantar poblados y fortines, tender líneas telegráficas y cavar un gran foso, conocido como la "zanja de Alsina", con el fin de evitar que los indios se llevaran consigo el ganado capturado. Antes de concretar su proyecto, Alsina murió. Fue reemplazado por el joven general Julio A. Roca, quien aplicará un plan de aniquilamiento de las comunidades indígenas a través de una guerra ofensiva y sistemática.
El éxito obtenido en la llamada “conquista del desierto”, llevada a cabo entre 1878 y 1879, prestigió frente a la clase dirigente la figura de Roca y significó la apropiación por parte del estado nacional de millones de hectáreas que serán distribuidas entre una minoría de familias vinculadas al poder.
Al finalizar su presidencia, Avellaneda envió al parlamento un proyecto de federalización de la ciudad de Buenos Aires, con la intención de poner fin a la histórica disputa por la residencia de las autoridades nacionales, que estaban de hecho sometidas a la autoridad y jurisdicción del gobernador de la provincia de Buenos Aires. El proyecto provocó la reacción del gobernador, Carlos Tejedor, quien se sublevó contra las autoridades nacionales en tanto se llevaban a cabo las elecciones presidenciales que dieron el triunfo a la fórmula Roca-Madero, partidarios de la federalización.



Ameghino, Florentino

http://ricardo-fisicosdestacados.blogspot.com/2010_09_01_archive.html


Naturalista  y paleontólogo argentino, profesor universitario y luego vicedirector del Museo de La Plata antes de los treinticinco años (1866), y Director del de Buenos Aires a los cincuenta (1902), a cuyo frente estuvo hasta su muerte en 1911.
En 1882 Sarmiento escribe: "Un paisano de Mercedes, Florentino Ameghino, que nadie conoce, y es el único sabio argentino, según el sentido especial dado a la clasificación, que conoce la Europa." Se ha exagerado el desconocimiento de Ameghino en su propia tierra, pues no era evidentemente desconocido para el público científico.
Basó toda su doctrina en los datos evolucionistas de Darwin, pero no logró difundirlas con eficacia por no haber ejercido el profesorado y haberse limitado a investigar en el silencio del gabinete y recién en el siglo XX preparadas las masa por una prédica eficaz, podemos leer con fruto los trabajos del talentoso argentino. Integra con Moreno y Holmberg el grupo de naturalistas argentinos que hacia 1875 actúan en la vida científica nacional. No se sabe cuando fue su nacimiento. En 1864 la Universidad Cordobesa le ofrece una cátedra de zoología. Él la acepta y aprovecha para estudiar la geología y paleontología de la región. En 1866 Moreno lo designa secretario vicedirector del Museo de La Plata.  En 1875 hace conocer sus especies nuevas. Viaja a Europa con su colección y la presenta en la exposición internacional de París de 1878. Regresa al país en 1881. . En 1902 es designado director del Museo de Buenos Aires, a cuyo frente estuvo hasta su muerte.
La obra científica de Ameghin (entre sus obras destacan La antigüedad del hombre en el Plata, Los mamíferos fósiles en la América meridional y Filogenia), verdaderamente extraordinaria, dejó escritas unas veinte mil páginas, comprende dos aspectos. Por un lado está la labor descriptiva del geólogo y sobre todo del paleontólogo, de valor perenne e indestructible. Casi el ochenta por ciento de las especies de 


mamíferos fósiles descritas en la obra de 1889, Contribución al conocimiento de los mamíferos fósiles de la República Argentina, son descubrimientos suyos. Con la labor de los dos hermanos Ameghino y la de Hermann von Ihering, fundador y director del Museo paulista, la paleontología argentina realizó progresos extraordinarios y fundamentales.
El otro aspecto de la obra de Ameghino lo ofrece la armazón teórica, la construcción doctrinaria, en la que estructura todas sus observaciones y todos sus descubrimientos y, finalmente, los fundamentos básicos de esa estructura. Fue un sabio auténtico.
Es su adhesión vital a la ciencia, y no su obra y sus doctrinas que la mayoría no conoce, la que ha convertido a Ameghino en un símbolo en el que se encarnan las virtudes de la ciencia. Y no es ésta sin duda una de las menores contribuciones de Ameghino a la ciencia.